6 de abril de 2010

Coaching Grupal - ampliando posibilidades

El coaching grupal es un proceso que aplica los principios del coaching a grupos "pequeños" (hasta 15 personas si atendemos a los criterios de certificación de la ICF). El objetivo es el desarrollo de cada participante, siendo ésta una diferencia fundamental con el coaching de equipos, que se centra en el desarrollo del equipo como entidad autónoma y diferenciada.

Integra, o puede integrar, elementos de formación (transmisión/exposición de conocimientos) y dinámicas experienciales, pero se distingue de otros procesos grupales en que en todo momento sigue la dirección que marca el propio grupo y porque la energía, experiencia, conocimientos y reflexión conjunta de todos los participantes juega un papel fundamental.

El coaching opera en la disolución de los obstáculos que impiden o dificultan que los individuos aumenten sus conocimientos (saber), incorporen nuevas habilidades (saber hacer) y realicen una transformación de sus actitudes (saber ser). Al igual que en el coaching individual, el coach que opera con un grupo trabaja en las creencias limitantes, en la identificación de opciones y en la puesta en acción de estrategias para la obtención de resultados. Funciona desde la tracción que genera el objetivo - la visión -, que se marca para el proceso y que genera la ilusión, motivación, compromiso y deseo de cambio que impulsan a la introspección y a la acción.

La creación del entorno de aprendizaje y transformación es fundamental en el coaching grupal. Es equivalente a la construcción de contexto y rapport entre coach y coachee en el coaching individual. Valores como la confidencialidad, el respeto, la confianza y el servicio son los vehículos necesarios para una comunicación abierta y la obtención de resultados. El participante en coaching grupal comparte con todo el grupo, no solo con el coach, técnicas, situaciones, reflexiones, experiencias y emociones, para el propio aprendizaje y cómo contribución al aprendizaje de los demás. Por ello las conductas, actitudes, códigos y normas de funcionamiento son fundamentales para construir el entorno óptimo de aprendizaje y para llevar el proceso a donde el grupo quiera dirigirlo.

En coaching grupal cada participante es un recurso para el resto, ha de ponerse al servicio de su aprendizaje. Sus experiencias, emociones y reflexión contribuyen a la discusión grupal y a la introspección, para el beneficio propio y de todos. Son perspectivas y matices aportados por los participantes. Se erige en una alternativa muy eficiente frente al coaching individual y muy eficaz frente a la formación y el aprendizaje experiencial.

La estructura de un proceso de coaching grupal es muy flexible: número de sesiones y frecuencia, duración de las mismas, modalidad, agenda, participación, ... A modo de ejemplo: grupo de 8-10 personas, que se reunen cada dos semanas durante 3-4 horas hasta completar un ciclo de 6 sesiones, la agenda del proceso la deciden los participantes en base a una temática general previamente establecida.