9 de agosto de 2010

Una nueva reflexión sobre el coaching

A estas alturas ya estamos de acuerdo que el coaching, a diferencia de la consultoría o el mentoring, no proporciona soluciones o consejos.

Tampoco es psicoterapia, pues no comienza a partir de un diagnóstico diferenciado, ni parte del supuesto de que el cliente es incapaz de resolver su vida sin un guía. El coaching no "cura".

El coach no va delante de su cliente, ni detrás, ni está por encima, o por debajo. Camina a su lado porque son iguales.

¿Entonces?

Tenemos recursos para afrontar el mundo, y la capacidad de adquirir las competencias y habilidades necesarias para alcanzar nuestros sueños.

¿Y?

Lo que nos diferencia es la actitud, no nuestros recursos. Actitud es "saber ser" ... ¿Y si el valor diferencial del coaching es que se centra en el cambio de la actitud? ... ¿que cataliza una reflexión profunda en la propia actitud y aquello que la genera y mantiene?

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