17 de marzo de 2014

Mis juicios sobre mí

Yo tengo juicios sobre como soy y los uso para mostrarme, y quizás también para esconderme tras ellos, quizás para justificarme.

Un juicio es como una máscara que arrastra consigo una nube de etiquetas y de narrativas. El juicio las genera y se realimenta de ellas. Un juicio ocurre con un conjunto de actitudes y acciones asociadas.

Cuando soy mi juicio me justifico en él, me quito responsabilidad sobre lo que hago y decido: "como soy así me comporto de esta manera".

Hasta aquí es fácil, dejo que mi juicio me tenga a mí.

Lo que ocurre es que tengo más juicios sobre mí, a veces soy idealista, a veces pragmático. Y si dejo que uno tome control, del otro surgen reproches y cuestionamientos. ¿Qué tenemos? Juicios en conflicto.

Cuando digo que soy algo ¿para qué lo digo? ¿para entrar en modo automático? ¿para no pensar como un ser completo y complejo?

Ciertamente los juicios son recursos, son atajos para comprendernos en nuestra complejidad. Y a la vez nos encajonan, nos limitan. Todos los juicios son limitantes en realidad. Quizás no para un determinado fin, pero sí lo son, si consideramos nuestro potencial global.

Recuerda la última vez que emitieron un juicio sobre ti que no te gustó tanto ¿cómo te sentiste? ¿no hubo una parte de ti que se rebeló? ¿y un juicio que si te gustó? ¿pensaste que era demasiado? ¿qué no siempre...?

2 comentarios:

El arte de las matemáticas dijo...

Hola Carlos,
Tu post me hace pensar: ¿No es posible que los juicios a veces sólo sean una forma de verbalizar lo que sentimos que somos? (expresarlo para nosotros mismos o para los demás)
El lenguaje aunque limitante, se queda corto para expresar sentimientos por ejemplo, tiene ventajas ¿los juicios no?

Unknown dijo...

Hola Booka,
gracias por tu comentario.
En mi opinión el juicio nos sirve para funcionar en modo automático lo que puede ser un ahorro de energia. Quizás es una cuestión de discriminar las situaciones en las que funcionar con juicios y las que nos veamos de formas más integral.